Mejorar el control de calidad: el gran reto de la industria alimentaria en 2022
La industria alimentaria se enfrenta desde hace tiempo a un gran desafío: mejorar el control de calidad para garantizar la seguridad alimentaria y reducir el fraude.
Los sistemas tradicionales de control de calidad están en muchos casos obsoletos, solo permiten controlar muestras de forma aleatoria o recurren a laboratorios externos, lo que supone un enorme gasto de tiempo y dinero. Pero la tecnología ofrece soluciones novedosas para aplicar el control de calidad alimentario de forma más eficiente y asequible. Muchas empresas buscan mejorar, pero desconocen algunas de estas soluciones.
Por eso en Chemometric Brain decidimos empezar el año preguntando a nuestros seguidores en Linkedin qué aspectos del control de calidad consideraban que debían mejorar en 2022.
Y he aquí las respuestas: el 48% de los encuestados considera que es preciso adoptar nuevas tecnologías para mejorar el control de calidad; y un 22% indica que la prioridad está en controlar todos los lotes de producto. Una y otra respuesta están estrechamente relacionadas y demuestran que hay un gran margen de mejora para garantizar la calidad y la seguridad alimentaria en las cadenas de suministro.
Algunas empresas lo tienen claro porque ya han experimentado problemas con sus proveedores o incluso han tenido que retirar productos del mercado por fallos en el proceso de producción; otras siguen gastando cada año miles de euros en laboratorios externos y buscan implantar un control de calidad in-house.
En Chemometric Brain queremos ayudar a extender la digitalización del control de calidad en todas las empresas alimentarias porque sabemos, por nuestra experiencia de más de 10 años en la industria, que solo mediante la digitalización de las cadenas de suministro se puede garantizar la seguridad alimentaria y evitar el fraude.
La tecnología NIR, en la que se basa el software de Chemometric Brain, permite un control más exhaustivo, rápido y a menor coste, sin necesidad de grandes inversiones ni personal especializado. Pero, atención, no todos los softwares NIR son fáciles de usar o compatibles con cualquier equipo. Chemometric Brain sí lo es y además aloja todos los datos en una plataforma en la nube, lo que permite consolidar resultados de análisis de múltiples equipos y ubicaciones en un solo lugar y acceder a ellos en cualquier momento desde cualquier parte del mundo.
Y lo más importante, sin necesidad de personal especializado: con un sencillo training, cualquier técnico de la empresa será capaz de hacer los análisis e interpretar los resultados.
Por tanto, el reto de mejorar el control de calidad que se han planteado tantas empresas alimentarias para 2022 está más cerca que nunca de cumplirse. ¿Hablamos?